TRABAJO DÍA 37

junio 02, 2020

Hola a todos:

En general, todas las respuestas al ejercicio de ayer están bien. Efectivamente, es una leyenda, y quien creo que lo ha explicado mejor ha sido Jessica: La llorona es una leyenda porque es una narración popular conocida en muchos lugares que habla de hechos reales pero también con algunos elementos fantásticos como que es un fantasma; que fue contada en generación en generación sin saber quién fue el creador de esta leyenda, es decir, es anónimo. Resumiendo, es una leyenda porque es una narración anónima, sin autor conocido, que se ha transmitido de generación en generación, y que parte de hechos reales (una mujer mata a sus hijos) a los que se añaden elementos misteriosos (se ha convertido en un fantasma).

Hoy os voy a pedir una tarea que DEBÉIS MANDARME POR CORREO (enclasedelengua1@gmail.com) ANTES DEL VIERNES 5 DE JUNIO. Tenéis que elegir un cuento popular y reescribirlo cambiándolo a vuestro gusto: a lo mejor preferís que Caperucita se coma al lobo, o que el lobo se coma a los tres cerditos, o quizá los enanitos asesinen a Blancanieves. Os dejo un microcuento del escritor José María Merino en el que da una nueva versión de Cenicienta para que os sirva de insipiración:

Descubre los secretos de La Cenicienta - WESTWING MAGAZINE

NI COLORÍN NI COLORADO

Cenicienta, que no era rencorosa, perdonó a la madrastra y a sus dos hijas y comenzó a recibirlas en Palacio. Las jóvenes no eran demasiado agraciadas, pero empezaron a tener mucha familiaridad con el príncipe, y pronto los tres se hacían bromas, jugueteaban. A partir de unos días de verano especialmente, ambas hermanas tenían con el príncipe una intimidad que depertaba murmuraciones. El otoño siguiente, la madrastra y sus hijas ya se habían instalado en Palacio. La madrastra acabó ejerciendo una dirección despótica de los asuntos domésticos. Tres años más tarde, la princesa Cenicienta hizo público su malestar y su propósito de divorciarse, lo que acarreó graves consecuencias políticas. Cuando le cortaron la cabeza al príncipe, Cenicienta hacía ya tiempo que vivía con su madrina, retirada en el País de las Maravillas.

NI COLORÍN NI COLORADO

Cenicienta, que no era rencorosa, perdonó a la madrastra y a sus dos hijas y comenzó a recibirlas en Palacio. Las jóvenes no eran demasiado agraciadas, pero empezaron a tener mucha familiaridad con el príncipe, y pronto los tres se hacían bromas, jugueteaban. A partir de unos días de verano especialmente, ambas hermanas tenían con el príncipe una intimidad que depertaba murmuraciones. El otoño siguiente, la madrastra y sus hijas ya se habían instalado en Palacio. La madrastra acabó ejerciendo una dirección despótica de los asuntos domésticos. Tres años más tarde, la princesa Cenicienta hizo público su malestar y su propósito de divorciarse, lo que acarreó graves consecuencias políticas. Cuando le cortaron la cabeza al príncipe, Cenicienta hacía ya tiempo que vivía con su madrina, retirada en el País de las Maravillas.